jueves, 21 de octubre de 2010

La Dama Blanca (Reino del Ocaso II)

"Oh, altiva diosa de niveo alabastro!


señora cruel, de marfil el rostro adusto,


brille por siempre tu terrible astro,


muestranos serena aquello que es justo.




Tu frio reino guardan ferreas legiones,


de tu yermo vientre solo el miedo surge,


de seres sin alma llenas tus regiones,


hambrientos lotofagos a los que morir urge.




En tu blanca torre de acero moras serena,


guarnecida imbatible por hierro y cristal,


bajo un gris cielo que llora su terrible pena,


sabiendose complice de tan terrible mal.




Quien, del terrible abismo estigio te invoco?


que loco irresponsable ejercio de Pandora?


a quien tu terrible y fria belleza subyugo?


que precio impio pago aquel que te adora?.




Tus inevitables emisarios las sendas borran,


matando caminos, segando vidas no afines,


cantan oscuras alabanzas que en tu nombre honran,


azules espadas de miedo portan tus paladines.




Y asi, aracnida en tu delicada red de espejos,


tus altares son ojos que invaden todos los hogares,


observas con desprecio tu hormiguero desde lejos,


ries siniestra dejando un eco en todos los lugares.




Esta amable y fria cara nos legas a tus subditos,


mas otra siniestra y oscura reflejas a extraños,


de negra muerte vistes fuera de tus pulpitos,


vacia y hambrienta desde hace incontables años.




Es tu cara putrida y vacia la mas sincera,


tu monstruosa mitad para barbaros terror,


es tu azul mirada de muerte la ultima frontera,


es en tu siniestra garra donde mora todo horror.




Ninguna iniquidad ni maldad te es ajena,


tanto es asi que hipocrita tu luz a otros niegas,


y destruyes cuanto tocas sin atisbo de pena,


aun cuando sin esfuerzo tus bienes a todos legas.




Y no puedo no obstante sino adorarte,


terrible madre, dulce amante, sabia maestra,


aquel que dichoso en tus labios desea besarte,


el brillo indigo de la muerte en sus labios muestra.




Tu amante y gris Paladin de frio orden soy,


sin tregua y sin duda tu albo imperio guardo,


visto de duro ebano, creyendo saber donde voy,


blando tu azul espada mientras de justa ira ardo.




Pero un dia vi tras tu nebuloso y frio velo,


tu putrido miasma corrupto mi vida marco,


atisbe tras tu marmorea mascara de hielo,


y en roja rabia mi azul resolucion se troco.




Ahora dudo de ti, cansado de tus engaños,


aun a mi pesar te amo, fiel, dolorosamente,


no puedo vivir sin tu opio tras tantos años,


y te defiendo taciturno, conscientemente.




Oh altiva Diosa de niveo alabastro!


señora cruel,de marfil el rostro adusto,


brille por siempre tu terrible astro,


muestranos serena aquello que es justo."

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